(La siguiente entrada NO tiene como objetivo motivarte a ver esta película)
En esta ocasión, para
realizar la evaluación correspondiente, partimos de una de las premisas más
importantes para los estándares de HdA, la finalidad de entretener. Este factor
es muy importante para la crítica de esta película y las razones se encuentran
a continuación.
Nomadland es la historia
de Ferm, una mujer que ha perdido paulatinamente todo lo que posee quedando
reducida a lo que hay dentro de su camión de viajes. Progresivamente decide
unirse a un grupo de nómadas que tienen poco que perder y emprenden un viaje
por los Estados Unidos para vivir el tiempo que les queda junto a una comunidad
afín. La presentación por si sola ya resulta atractiva, pero, ¿Lo que
encontramos en las casi dos horas de filme, corresponderá?
Todo el peso de la
historia recae en el personaje principal que hila los hechos con cautela. Todo está
grabado con una intimidad muy elocuente que conecta al espectador con los ojos
de cada una de las situaciones. Incluso, particularmente, nos transmite una
sensación de soledad lo que vemos en la pantalla cuando tenemos a Ferm haciendo
sus necesidades o recordando a sus seres queridos a través de las fotografías.
Todo ese lenguaje silencioso liderado por la mirada de Frances McDormand es una
delicia sensitiva en sí. La belleza de la actriz, su escucha activa, su
humanidad, toda esa dramática y sutil congregación de sensibilidades son
esenciales para la forma en la que Chloé Zhao desea contar la historia.
Hay varios momentos que
llegan sigilosamente a la acción y traspasan la carne con todas las emociones
que se transmiten (como la escena de la verdad entre hermanas o las constantes
miradas con Dave), además, la cámara siempre busca con ingenio retratar esas
emociones mientras logra la sensación de infiltrada. Diría que metafóricamente
es una película “muy cine”, todo bien preciso, todo bien contenido.
La fotografía es una
belleza absoluta, perfecta para llevarse el galardón que entrega la academia a
la mejor fotografía. Todos los paisajes, la estética visual y las escenas
dentro de la camioneta de Fern tienen una singularidad que nos ha quedado
grabada, en primeras instancias, de forma inconsciente. En pocas palabras a
película se ve hermosa.
Por otra parte, hay una
sensación que nos ha dejado el guion que no nos gusta mucho y es que da la
sensación de que no se presenta un gran problema. Parece que toda la
importancia del conflicto se encuentra en el pasado, en lo que el personaje ha
dejado atrás y no en lo que está ocurriendo. Pasada una hora de película todo
era bastante llevadero y, a pesar de estar en una situación complicada, no
parece ser ese hecho lo suficientemente resaltante para el escritor como para
explotarlo de una forma un poco mas cruel. Tal vez es una exigencia muy
personal pero a fin de cuentas, salvo la escena de los platos rotos, nuestra impresión es que en toda la película no ocurre un giro lo suficientemente
fuerte como para sacudir todo el panal y hacer que todo el contenido, toda esa
miel dulce que ha sido cosechada en el pasado, tenga un rol determinante en el
presente. Precisamente por esa razón comenzamos con ese enunciado en esta
entrada, porque eso que hace que un espectador promedio se mantenga pegado a la
acción escasea de manera impresionante en esta película, por lo tanto, la
convierte en un producto que no es del todo recomendable para cualquier
público. Si lo que deseas es distraerte un rato con una historia que te haga transitar entre múltiples situaciones, pues esta no es la mejor opción.
Fuera de esto existen
otros aspectos positivos como la ya mencionada fotografía, sumamente artística y variada que provecho de la misma trama. una música puntual y correcta cuando se
emplea, una muy interesante visión de la muerte y el existencialismo, lo que se vive en los años
mas longevos de la vida humana y una interpretación brillante. Realmente
cautivado con la expresión de Frances McDormand.
Esta película es una de
las nominadas a los Oscar, aparentemente gran candidata a ganar el premio de
mayor importancia para la academia y además, ganadora de León de oro en el
festival de Venecia, el Golden Globe por ser la mejor película dramática, entre otra cantidad de premios importantes. En HdA
comprendemos hasta cierto punto el porqué de todos estos galardones, pero para
nuestra concepción, la película ganadora de la categoría “Mejor Película” ha
de ser una mucho más global. Nomadland tiene muchos detalles que podría cumplir
con esa exigencia pero teniendo en cuenta otras historias que también compiten
por la estatuilla, como El juicio de los siete de Chicago o Minari, por lo tanto optamos por darle mayor crédito a otras.
A pesar de todas estas cosas que mencionamos, Nomadland es una película interesante que seguramente volveremos a chequear y nos enseñará cosas nuevas. Da la sensación de ser la clase de historias que mejor llenan el alma a medida que vuelves a releer todo lo que desea comunicar. De lo que sí estamos seguros es que darle a estatuilla de mejor película a este filme es mas que nada, no querer dárselo a otra.
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