(La siguiente entrada NO tiene la intención de motivarte a ver esta película.)
Comienza pronto la
carrera por los premios de la academia y, como todos los años, las predicciones
suelen ser recurrentes. En este blog no hay intenciones de predecir ganadores o
nominados, pero en caso de acertar, diremos te lo dije.
Esta aventura comienza
por un filme que me ha tomado con la guardia baja, tal vez demasiado, por el
impacto que ha generado en mi como espectador. Las razones de esto podrían ser
reducidas, pero son suficientes para asumir, por mi parte, que esta película
tendrá varias nominaciones. Las merece.
El Juicio de los siete de
Chicago es la recreación de los hechos ocurridos antes y durante uno de los
juicios más importantes de la historia de los Estados Unidos. Tres
facciones revolucionarias, en contra de la guerra de Vietnam, movilizaron sus
respectivas masas para congregarse a manifestar en un parque del cual no habían
obtenido los permisos legales. Esto terminaría en un inminente enfrentamiento
con la policía y el arresto de 7 figuras del movimiento, más o menos.
La sinopsis de la
película esta allí. Eso es todo. A primera impresión me imagino una trama sobre un juicio convencional, pero si recordamos solo por un momento que es una
obra de arte y que detrás hay muchos artistas involucrados, la cosa ya no
parece tan aburrida. Excepto, que veas el tráiler. Esto es lo peor del material. No me pareció adecuado, desvía al público en lugar de atraerlo. Luego de verlo, realmente desconozco las fuerzas
que me impulsaron a mirar la película finalmente porque no cabe la menor duda que
no fue gracias a esa propaganda.
Por otra parte, están los
focos en los cuales destaca la película y la hacen brillar con un aparente esfuerzo
reducido.
Spoilers
El reparto está integrado
por artistas maravillosos. A primera vista me impresione con la
apariencia de Jeremy Strong, el reciente ganador del Emmy por su participación
en "Succession", que no solo esta muy oculto entre sus fachas de Hippie, también
tiene una esencia corporal muy distinta, una mascara e incluso un hedor
particular. Si prestas atención lo puedes olfatear en cada una de sus
apariciones. Realmente disfruté mucho del dúo Hippie y sobre todo disfrute de
sus parlamentos e intervenciones que aparentan ser únicamente la comedia de la
la historia pero esconden probablemente los mejores llamados de atención.
Luego tenemos a Eddie
Redmayne. Este caballero ha demostrado una evolución y versatilidad tremenda en
la ultima década y tiene aura de actor maduro. Durante toda la película
transmite la sensación de que su personaje tendrá un gran momento y a pesar de
eso, es sorpresiva la forma en la que esto se da. Probablemente él también pase
a formar parte de los nominados de la siguiente edición.
Luego está quien me ha
parecido el más destacado de todo este gran elenco, el maestro Mark Rylance. A
diferencia de Strong, lo he reconocido rápidamente pues no presenta demasiados
cambios físicos exteriores relevantes en su faceta de abogado, pero los cambios
interiores y energéticos que hay a su alrededor son increíbles. Para mí ha sido
una clase de interpretación ver su rol acá. Lo he disfrutado en todo momento.
Sus constantes enfrentamientos con el juez son muy potentes y se mantienen en
crecimiento, no solo porque así lo marca el guion, la interpretación por si
sola figura como una historia independiente que puedes ver evolucionar a medida
que el juicio avanza. Un manejo del foco delicado y sutil. Que hermosura. Es el
premio que me ha dejado esta producción, Mark Rylance es un intérprete con
todas las letras. ¿O alguien lo dudaba?
En cuanto a la forma en
la que es llevada la historia, también estoy muy complacido. Sorkin nos muestra
el pasado y el presente con un ritmo muy vivo que nos ayuda a dejar de lado la
tensión del juicio, a excepción de los momentos en los que saca provecho de ella
como en los constantes enfrentamientos de Seale con el Juez. Por cierto, vaya
juez. Gracias Frank Langella.
La música está bien
ubicada pero no destaca demasiado. Aprecio muchísimo como adjunción histórica
las imágenes reales de los sucesos ocurridos durante la represión. Le agregan
un peso dramático y documental muy importante a la película que a fin de
cuentas quiere cumplir con la misión de educarnos, como toda buena obra de
arte. Y Sacha Baron Cohen, él también es arte.
La guerra de Vietnam y sus consecuencias internas continua siendo una fuente muy abundante de buenas películas que dirigen su critica hacia el sistema político de la nación americana. Sin embargo, esta maneja muchísimos temas importantes aparte del mencionado: La corrupción fiscal, la manipulación de los hechos en favor de la política, el siempre presente racismo en este país e incluso el sometimiento de la vocación de los funcionarios públicos con la condición de promoción o conservación de su empleo o su reputación. Esto último también es muy interesante y me he quedado con ganas de explorar un poco mas esta perspectiva que plantea el personaje interpretado por Josehp Gordon-Levit. No obstante, el nivel educativo del filme es muy importante en todos los sentidos.
La película inspira y fluye bien a pesar de su duración. Lo único que,
recomiendo, y esto no solo para esta película sino para cualquiera, es investigar
un poco sobre el contexto en el que se desarrolla la historia antes de verla,
sobre todo si se desconoce por completo, puesto que en ese caso sería muy
difícil disfrutarla con profundidad. Valoro las lágrimas que derramé mirando
ciertas escenas porque llegan a mí con un mensaje muy claro y las relaciono de
forma inevitable con algunas realidades que se han desarrollado en mi país.
Esto me llena de éxtasis, me hace sentir que valió cada centavo invertido
porque el objetivo primordial se logró y con toda seguridad la recomiendo como
una película importante por ver.
Si la viste (Disponible
en Netflix) y no concuerdas con alguna de las conclusiones a las que llegué,
por favor házmelo saber y dame unos años para pensar en la respuesta porque
“Nunca me habían juzgado por mis ideales”.
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