(La siguiente entrada NO tiene como objetivo motivarte a ver esta película)
Que interesantes las propuestas que aparentan ser simples, y en la simpleza, profundizan con rigor cada detalle hasta lograr una película de dos horas. Grandioso. La grandeza de lo pequeño.
Esta película plantea una situación sencilla en un lugar concreto con las personas contadas. Es muy curioso todo lo consolidado por parte del elenco acá porque no importa más nada que lo que ellos nos presentan, eso es suficiente para hacernos conectar con más de uno de nuestros sentidos. Todas las historias en las que la música tiene un rol protagónico valen el esfuerzo de mirarlas.
En este caso, nos topamos con la madre del Blues, Ma Rainey, interpretada por Viola Deivis (En quien nos detendremos más adelante), que va a un estudio en Chicago a grabar un disco en el año 1927. Durante la grabación ocurre unos cuantos inconvenientes que ralentizan el proceso y todos los miembros de la banda lidian con un interesante trompetista llamado Leeve interpretado por el difunto Chadwick Boseman, que sinceramente me dejó boquiabierto con su participación.
El hecho es ese. Esa es la situación. Dentro de esto encontramos muchas razones para mirar a los lados y muchos ojos interesantes que brillan de compromiso artístico. El director Wolfe emplea un lenguaje íntimo y saca provecho de cada uno de los espacios del estudio de grabación para contarnos la historia tan interesan que se desarrolla entre sus paredes, manejando los tiempos con un ritmo que comienza ligero ya partir de la llegada de la Diva se va transformando, con cada diálogo, en una situación tensa y dramática, que concluye con una catarsis para los personajes, para el espectador y para el hombre como ser vivo que sueña y posee autoestima. Nada es lo que parece y debajo de la superficialidad se encuentra un mundo doloroso e intenso. Para derramar el vaso por completo, todo va acompañado con música histórica, música apasionada,
No es posible encasillar a la futura nominada a los Oscar´s 2021 Viola Deivis. Ella logra lo que se atraviese. En este trabajo me atrae lo propuesto por el efecto que genera su maquillaje. Una mezcla entre cansancio, deterioro, apuro, falta de interés y dureza. Todo esto se convierte en una máscara maravillosa para la norteamericana que no tiene escrúpulos para hablar con todo el cuerpo usando “únicamente sus ojos”. Su energía es avasalladora y da la sensación de que suprime a todos los demás personajes con su presencia; tal vez sea una sensación generada por su protagonismo, o el peso de la actriz es tan grande que nos obliga a todos a verlo así, pero el hecho es que su foco tiene mucha fuerza orgánica. Pero entonces, llega Boseman.
Chadwick Boseman fue un actor que tardó en llegar a ese momento en el que brilla con luz propia por su trabajo. Luego recibió su oportunidad con Pantera Negra y dio el salto al estrellato que le hacía falta para, en este período 2020-2021, estar en una gran cantidad de películas con un trabajo notable. En este caso estamos ante una que podría brindarle la estatuilla dorada a su memoria, lo cual genera una polémica en mí.
A primera vista está irreconocible en el filme. No podía creer que era él. Sumamente delgado en comparación a como lo había visto antes. Luego pensaba que quizás era consecuencia de la enfermedad que padecía, pero el hecho es que le viene como anillo al dedo en esta ocasión; calza perfectamente con la personalidad de Leeve y lo diferencia no solo de los demás actores, como actores, sino de los demás personajes. El actor tenía aproximadamente cuarenta años en el momento en que se hizo este trabajo y luce, de lejos, como el más joven de los miembros de la banda, lo que termina siendo coherente por las condiciones y aspiraciones que tiene Leeve dentro de la trama. Por otro lado, es espontáneo. Y con espontáneo me refiero a libre, muy libre y cómodo con todo lo que ocurre, carismático como si era una comedia, pero medido para calzar con brillo en este drama de atardecer. Su voz también es maravillosa para el personaje y tiene esa escena en la que sus ojos reflejan un mundo interior muy solitario y resentido. Todo esto termina por rellenar todos los méritos necesarios y justos para no solo ser nominado, sino también llevarse la estatuilla.
Y es allí donde está la polémica. El Oscar es un premio que honra el trabajo de un artista como emblema de reconocimiento que entrega la academia de las artes norteamericana. También tenemos bien claro que esto se trata de mercadeo, publicidad y farándula en una proporción comedida. Pero, teniendo en cuenta el valor que tiene para todos los involucrados con el galardonado, resulta ser el premio de mayor prestigio cultural en el cine actualmente. Por esa razón no me inclinaría del todo a la decisión de otorgárselo a una persona que ha fallecido. El reconocimiento pueda generar un empuje positivo en los vivos, pero le sirve de poco a alguien que no lo está. Eso, por un lado. Por otra parte, soy consciente del impacto emocional que esto puede generar en muchas personas que quieren o respetan a este caballero, pero aun así esto no escapa del marketing cultural que tiene la academia. Tenemos el último caso similar, Heath Ledger, que recibió el premio y quedó inmortalizado por su interpretación de Joker, pero esto de “vamos a otorgárselo porque murió” no sale de mi cabeza y me parece una lástima si esa postura es predominante sobre lo demás, porque estoy seguro que todos querrán que gane la estatuilla, pero no todas esas personas habrán visto siquiera el trabajo tan grandioso que hace en esta película, y lo más lamentable, es que este trabajo le otorga absolutamente todos los méritos que necesita.
Esta es una opinión muy personal sobre este caso en particular buscando ser objetivo con un dilema que puede generar polémica. Porque la cuestión es que Boseman fue un tremendo intérprete que desafortunadamente fue víctima de una terrible enfermedad que no recibió el reconocimiento que merece por ser un trabajador apasionado, pero no creo que el reconocimiento valga menos por haber muerto. De cualquier forma, NO (véanla) vean la película para que cuando llegue su victoria no me haya equivocado.
En definitiva. Esta película es muy rica de contenido cultural estadounidense, llena de
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