(La siguiente entrada NO tiene como objetivo motivarte a ir al teatro)
El teatro es una herramienta de expresión, una herramienta de difusión, una herramienta educativa, una herramienta para la distracción o el entretenimiento y sobre todo, una herramienta de reflexión. ¿Qué clase de reflexiones nos deja Hembras, mito y café? Comentémoslo en las siguientes líneas.
Destacan las cualidades de este montaje. Eso es un hecho claro. Emplea varias de las herramientas mencionadas para transmitir al público un mensaje contundente. La postura de las féminas ante el "yugo" de los hombres o ante su presencia. Mucho cuidado con este primer aspecto. Comprendemos el significado y los deberes de un movimiento importante para el presente de la humanidad pero, las mujeres tienen por sí solas multitud de cualidades que las hacen especiales, relevantes y poderosas; no son únicamente las fuerzas que tienen sobre el masculino de su especie la grandeza que las caracteriza. Las mujeres son brillantes sin necesidad de inspirarse para bien o para mal en la existencia de los hombres. Por esta razón, subrayamos los personajes y/o textos que elevan aquello de la identidad femenina que no tiene que ver nada con los varones.
Sentimos que la obra desde el comienzo desea conectar con la autoestima de la hembra y con la vista de los caballeros, esto es hablando solo de las primeras superficies que muestra el espectáculo. No es acertado ni equivocado, se trata en mayor medida de los intereses de la puesta que engloba el montaje. Aun así, no es ni de cerca, lo más importante o interesante que tiene el montaje por expresar. Podemos, como espectadores, profundizar mucho.
Un elemento que nos ha maravillado es el texto. La autora revive a estos míticos personajes de la historia y basados en su contexto e influyendo dicho contexto con el nuestro, logra enlazar un discurso muy interesante. Estas mujeres no están acá para contarnos algo que nos dijeron en vida o en tiempos de gloria; están aquí para hablarnos sobre reflexiones que obtuvieron luego de concluir con sus historias, luego de descansar de los martirios que las atormentaban durante sus tragedias. Encantados en HdA con ese detalle que exprime la escritora para refrescar a estos monumentales caracteres, traerlos con nueva vida al escenario y mantener su esencia.
La puesto, las coreografías, la planta de movimientos están bien en general. Hay algunos pormenores. Individualmente ha de tenerse confianza como interprete para hacer propios los movimientos marcados y divertirse mientras son ejecutados. También es importante la conciencia del espacio, al ser tantas personas debe cuidarse el equilibrio del escenario o el desbalance resaltará demasiado. Todos estos episodios coreografiados cumplen distintos roles para la pieza y creemos en HdA que los cumplen bien. Atraen y mantienen la atención. Dibujan creativamente el espacio y las sensaciones, poesía corporal engrana finamente el trabajo.
Las interpretaciones tienen una calidad estándar. Todas se encuentran en una especie de nivel base que es bueno y podríamos decir adecuado. Dicha base es superada por algunas actrices individualmente. Hay voces que elevan la energía y hay cuerpos que no necesitan compañías para magnificarse sobre la madera. Hay personajes que aparecen solitarios para, con un buen decir y los pies bien plantados, llenar cada rincón del inmenso teatro nacional. Es favorable para todo esto decir que quienes más destacan, destacan mucho, así, podemos concluir que el estándar general de las interpretaciones es positivo.
Luces, sonido, vestuario, atmósfera en conjunto, cumplen su rol y ayudan la mayoría de las veces. Aún así no descartamos la infinita cantidad de posibilidades que ofrece un texto de esta índole. Sabemos que ha sido presentado en forma ininterrumpida desde hace un tiempo. Mas allá de eso, casarse con la forma o con la estética es perderse la oportunidad de descubrir nuevas cosas. Todos los involucrados en el longevo plazo de este montaje pueden sacar provecho de eso.
Por último, un guiño para los espectadores. En el teatro se apaga el Flash de las cámaras. Respeto hacia los demás espectadores y hacia las artistas. Luces no planeadas durante la representación distraen a cualquiera innecesariamente. Sentido común amigos del arte venezolano.
Felicitamos a Jericó Motilla por reunir tantos talentos en el escenario, mover a los espectadores para que vayan a verlo y sus recientes candidaturas internacionales por "Un destello interior". El esfuerzo, el compromiso y la entrega siempre traen sus frutos a los artistas venezolanos. Que alguien le dé un sorbo de café a Antígona, le hace falta...
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