Un cuadro oscuro

Nos debatimos en una situación económica, social y política que tiene dos cosas positivas en esta ocasión: Primero, nos lleva a evolucionar de forma directa o indirecta nuestra forma de crear y nuestra forma de apreciar las obras que son creadas por aquellos que son llamados artistas. Segundo, no hablaremos sobre eso en este blogg a menos que tenga relevancia para la pieza artística en cuestión.

 En este blogg invertiremos de forma asertiva nuestro conocimiento y nuestra opinión para generar una retro alimentación provechosa y con ella afrontar todos los deleites que la naturaleza nos brinda y todos los placeres que se envuelven de forma espontanea en nuestro día a día. No hay que ser un experto para sentir placer o para percibir aquello que motiva nuestros sentidos, solo hay que tener experiencia para poder opinar.

En esta primera ocasión comparto la obra "San Miguel" de Rafael Zancio. Pintado en el renacimiento e inmortalizada a través de la historia. Esta pintura tiene un símbolo muy especial en mi formación como artista por dos razones; la primera, darme la posibilidad de imaginar y recrear toda la historia que se esconde detrás de un par de personajes con gran peso y personalidad, ha sido toda una aventura. En segundo lugar, esta pieza artística ha estado presente, con distintas formas y manifestaciones, durante toda mi vida, de hecho, en el momento en que comencé a investigar sobre las pinturas renacentistas, el instinto me guió hacia ella de forma casi inmediata. Tenia total desconocimiento de que la escultura que estaba sobre la puerta de mi caza era una pequeña representación de aquel espectacular encuentro y el preámbulo para inspirarme y crear mas arte. Gracias Rafaelo por tu arte inmortal.

 Solo al darle un vistazo a la obra y todo lo que conlleva la imagen es de gran valor energético. El autor define muy bien los tonos y genera una atmósfera de oscuridad que sucumbe ante un pronto amanecer. Es curiosa la forma en que la cara de San Miguel esta iluminada y como la del Demonio si quiera podemos apreciarla. Da la impresión que el hecho de estar oculta es un mensaje que el pintor quiere transmitir a nosotros los espectadores. También es bien sabido que esta obra fue un encargo de Lorenzo de Medici quien en ese momento gobernaba Florencia, tal vez, que no se muestre la cara del demonio sea una señal de respeto hacia el cliente en este caso, pues Rafaelo habrá creído que Lorenzo no querría ver a satanás a los ojos cada vez que pasara por la sala de estar de su enorme hogar, o quizas ya me estoy imaginando mucho. Sin dudas todo lo que rodea esta historia me genera mucha inspiración. De nuevo, gracias Rafaelo.