Entrada del Mes

Recomendaciones: "10 minutos" Ganadora del premio Apacuana

  (La siguiente entrada NO tiene como intención motivarte a ir al teatro) La obra ganadora del Premio Apacuana de Dramaturgia 2019, presen...

Tema Popular

lunes, 8 de noviembre de 2021

Recomendaciones: Hembras, mito y café

 (La siguiente entrada NO tiene como objetivo motivarte a ir al teatro)

El teatro es una herramienta de expresión, una herramienta de difusión, una herramienta educativa, una herramienta para la distracción o el entretenimiento y sobre todo, una herramienta de reflexión. ¿Qué clase de reflexiones nos deja Hembras, mito y café? Comentémoslo en las siguientes líneas.

Hembras, mito y café

Destacan las cualidades de este montaje. Eso es un hecho claro. Emplea varias de las herramientas mencionadas para transmitir al público un mensaje contundente. La postura de las féminas ante el "yugo" de los hombres o ante su presencia. Mucho cuidado con este primer aspecto. Comprendemos el significado y los deberes de un movimiento importante para el presente de la humanidad pero, las mujeres tienen por sí solas multitud de cualidades que las hacen especiales, relevantes y poderosas; no son únicamente las fuerzas que tienen sobre el masculino de su especie la grandeza que las caracteriza. Las mujeres son brillantes sin necesidad de inspirarse para bien o para mal en la existencia de los hombres. Por esta razón, subrayamos los personajes y/o textos que elevan aquello de la identidad femenina que no tiene que ver nada con los varones. 

Sentimos que la obra desde el comienzo desea conectar con la autoestima de la hembra y con la vista de los caballeros, esto es hablando solo de las primeras superficies que muestra el espectáculo. No es acertado ni equivocado, se trata en mayor medida de los intereses de la puesta que engloba el montaje. Aun así, no es ni de cerca, lo más importante o interesante que tiene el montaje por expresar. Podemos, como espectadores, profundizar mucho.

Un elemento que nos ha maravillado es el texto. La autora revive a estos míticos personajes de la historia y basados en su contexto e influyendo dicho contexto con el nuestro, logra enlazar un discurso muy interesante. Estas mujeres no están acá para contarnos algo que nos dijeron en vida o en tiempos de gloria; están aquí para hablarnos sobre reflexiones que obtuvieron luego de concluir con sus historias, luego de descansar de los martirios que las atormentaban durante sus tragedias. Encantados en HdA con ese detalle que exprime la escritora para refrescar a estos monumentales caracteres, traerlos con nueva vida al escenario y mantener su esencia.

La puesto, las coreografías, la planta de movimientos están bien en general. Hay algunos pormenores. Individualmente ha de tenerse confianza como interprete para hacer propios los movimientos marcados y divertirse mientras son ejecutados. También es importante la conciencia del espacio, al ser tantas personas debe cuidarse el equilibrio del escenario o el desbalance resaltará demasiado. Todos estos episodios coreografiados cumplen distintos roles para la pieza y creemos en HdA que los cumplen bien. Atraen y mantienen la atención. Dibujan creativamente el espacio y las sensaciones, poesía corporal engrana finamente el trabajo. 

Las interpretaciones tienen una calidad estándar. Todas se encuentran en una especie de nivel base que es bueno y podríamos decir adecuado. Dicha base es superada por algunas actrices individualmente. Hay voces que elevan la energía y hay cuerpos que no necesitan compañías para magnificarse sobre la madera. Hay personajes que aparecen solitarios para, con un buen decir y los pies bien plantados, llenar cada rincón del inmenso teatro nacional. Es favorable para todo esto decir que quienes más destacan, destacan mucho, así, podemos concluir que el estándar general de las interpretaciones es positivo. 

Luces, sonido, vestuario, atmósfera en conjunto, cumplen su rol y ayudan la mayoría de las veces. Aún así no descartamos la infinita cantidad de posibilidades que ofrece un texto de esta índole. Sabemos que ha sido presentado en forma ininterrumpida desde hace un tiempo. Mas allá de eso, casarse con la forma o con la estética es perderse la oportunidad de descubrir nuevas cosas. Todos los involucrados en el longevo plazo de este montaje pueden sacar provecho de eso.

Por último, un guiño para los espectadores. En el teatro se apaga el Flash de las cámaras. Respeto hacia los demás espectadores y hacia las artistas. Luces no planeadas durante la representación distraen a cualquiera innecesariamente. Sentido común amigos del arte venezolano.

Felicitamos a Jericó Motilla por reunir tantos talentos en el escenario, mover a los espectadores para que vayan a verlo y sus recientes candidaturas internacionales por "Un destello interior". El esfuerzo, el compromiso y la entrega siempre traen sus frutos a los artistas venezolanos. Que alguien le dé un sorbo de café a Antígona, le hace falta...

martes, 7 de septiembre de 2021

Recomendaciones: Tercer Cuerpo

(La siguiente entrada NO tiene como objetivo motivarte a ir al teatro)

El texto dramático que le ha regalado a la humanidad Claudio Tolcachir cae en las manos de Jeizer Ruíz para ser estrenado en la fundación Rajatabla. El texto, el director y el escenario son los más propicios para representar el mismo problema de siempre, con personajes muy distintos, con un distinguido aire de enredo y mucho talento a favor.

Tercer Cuerpo

En nuestro primer encuentro con este montaje no teníamos clara una premisa que nos ubicara en algún lugar y al comenzar la representación no parecía haber nadie dispuesto a dárnosla. Esto nos desencajó en primera instancia y creo cierta predisposición. Dicha sensación se vio incrementada cuando tenemos cinco personajes, de los cuales dos se encuentran en una situación ajena a los otros. Toda esta confusión inicial nos desconectaba de la acción y el siempre molesto, ojo crítico, estaba diciendo presente con mucha fuerza hasta que apareció aquello que más nos ha deleitado de esta experiencia. Hemos vuelto a probar la placentera sensación de que lo que ocurre en el escenario te arrastra por la fuerza a prestarle atención. El texto, y por supuesto los actores, obligan al espectador, sin más herramientas que la vida, a querer saber que se trae todo esto entre manos, claro, si es que no deseas correr el riesgo de quedar a la deriva entre risas y lágrimas del público y de los personajes.

Existe una armonía escénica muy bien consolidada que nace a partir de la misma escenografía. El lugar es propicio para todo el drama. Nos encanta el escenario repleto de cosas que son útiles, más allá de estar allí para adornar la visual del público. Además, hay una propuesta de iluminación que busca hacer mucho más con menos. Hay una lámpara suspendida en el centro del escenario que sin mucho esfuerzo crea una ilusión, un efecto muy distinto al que crean los reflectores sobre el espacio, eso se agradece y se aplaude porque es en esa clase de detalles donde la estética escenográfica, sin dejar de ser solo elementos e inspiración, juegan un rol avasallante en el conjunto total de lo que vemos en el escenario. Es hermoso.

Las interpretaciones nos convencen completamente. El trabajo de cada uno está conciso y repleto de matices bien logrados. Los personajes ríen, lloran, desean y rechazan sin dejar de ser ellos. Ante esta paleta bien consolidada destaca la pata que más cojea. En este caso, no vemos un gran problema con ninguno, aun así, creemos que uno de los cinco actores tiene la posibilidad de indagar un poco más en la profundidad de su personaje y alcanzar un mayor nivel de entrega, porque el personaje que más da es el que menos recibe y en nuestro encuentro lo sentimos un poco falto de corazón en sus palabras. Tampoco se trata de un defecto muy notorio o de un detalle que destruya el arte tan hermoso aquí encontrado, de hecho, se trata de un aspecto muy individual con respecto al colectivo que está en escena. Siempre podemos mejorar, siempre.

Los cantos que espontáneamente hacen presencia los escuchamos con el corazón y nos dan un respiro de todo el drama para prepararnos para más drama y sorprendernos con momentos de comedia muy acertados y valiosos. En definitiva estamos muy complacidos por el trabajo que se logró con este hermoso escrito teatral. El talento venezolano que está creciendo eleva paso a paso su propia vara y manteniendo la firmeza, puede ser capaz de superar cualquier expectativa. Tercer cuerpo cumple con creces al dejarnos esta fuerte reflexión sobre el amor.

viernes, 20 de agosto de 2021

Recomendaciones: El motor

 (La siguiente entrada NO tiene como objetivo motivarte a ir al teatro)

El motor de Rómulo Gallegos llega rodando con firmeza al escenario del Teatro Nacional. Somos espectadores del trabajo en conjunto, el esfuerzo y nos confrontamos con la realidad que nos señala el pegujal. ¿Tenemos los mismos problemas sociales que hace cien años? Da la ligera impresión.

El Motor

Primero es muy importante tener presente el rol cultural que cumple el motor de Rómulo Gallegos en nuestra comuna. Este texto, escrito a principios del siglo XX tiene una maestría estructural a nivel dramatúrgico comparable con "La casa de Bernarda Alba", "Casa de Muñecas" o "Chuo Gil y las Tejedoras". Al mismo tiempo, comparte una responsabilidad equiparable con las anteriormente mencionadas cuando hablamos de llevarlas a escena. Se trata de una insignia del arte escénico venezolano que debe mantenerse, bajo cualquier circunstancia, adherida a nuestro pecho. Debemos siempre colocarla por lo alto. Expone uno de los problemas más profundos que presenta nuestra idiosincrasia con una atmósfera sainetesca y sencilla que conmueve las almas con aspereza. Todo mientras mantengas la atención durante las dos horas que propone Rómulo Gallegos para recibir la clase.

En esta ocasión nos sentimos muy agradecidos por el hallazgo que representa un trabajo bien hecho en líneas generales. 

Primeramente la obra posee un buen ritmo a pesar de su duración. No parece una tarea imposible prestar atención hasta el final, siempre y cuando el ritmo se mantenga. Allí mismo es donde podría recostarse el mayor problema que presenta el montaje; si el tiempo rítmico del actor no se encuentra afinado ni conectado con el de los compañeros, puedo convertirse fácilmente en una situación tediosa. Apegados a esa idea, tenemos un paleta de actuaciones muy variada en la que resaltan algunos talentos y habilidades que afortunadamente conviven como una armonía escénica muy contagiosa. Da la sensación de que todos están en el mismo lugar y manejan un lenguaje similar. Eso se aplaude y se agradece. De igual manera, el punto de apoyo mas importante en esta comunidad se nota un poco tambaleante cuando requiere una gran firmeza para funcionar como eje central de la maquinaria. Existe la posibilidad de predisposición de los actores por la larga duración del montaje y la cantidad de parlamentos que tiene para con la velocidad en la que se dice todo esto, no ha de apurarse innecesariamente el avance de la obra, los humanos deben respirar cómodamente y esperar que el teatro y la vida misma cumplan con el fenómeno. El principal aliado de este trabajo puede ser lo efímero del teatro, esa sensación de que todo está ocurriendo ahora mismo es muy importante para la sinergia y fluidez de dos horas de compromiso y entrega.

Vemos también una propuesta de dirección adecuada para muchos puntos y difusa en algunos otros. En momentos da la sensación de haber un ahogo en el espacio de los personajes. Esto puede estar ligado a decisiones de la puestista y una delimitación impuesta del espacio. Esto no está mal del todo. El problema aparece cuando los actores que no se encuentran adecuados a la pauta expresan códigos corporales que puedan delatarlo. Aún así, las intenciones son muy buenas; cuando se logra el objetivo aparece una magia teatral entre mutis y mutis, crece una expectativa solo por saber que le dirá este personaje a este y que ocurrirá cuando el otro se cruce con el otro. La compresión del escrito está clara y se nota bien ejecutada.

Hay una trabajo descomunal con respecto a lo que se ve en el escenario. La escenografía, los elementos, el vestuario. Todo mantiene una estética realista y cálida. Se refleja el calor de la zona y la sensación de sudor constante. El Pegujal vive.

La iluminación pretende sencillez y un cabizbajo camuflado, se trata de una protagonista encapuchada que no desea entrometerse demasiado en la atención del público y se dedica a contornear bien el espacio, el fondo y las ideas fuera de lo común. 

En líneas finales el motor es un gran texto, un gran desafío y un gran compromiso. En esta ocasión bien adquirido y enfrentado. En HdA nos emociona, por encima de todo lo demás, la abundancia de juventud que rodea todo este trabajo. Además, el interés por rescatar y la sensación de salvación que avecina el resultado. Pronto comenzará una nueva temporada del micro-teatro en nuestra ciudad y las apuestas por esta clase de emprendimientos probablemente vuelvan a escasear. Una lástima porque se siente la resurrección de nuestra vida teatral y todo eso conlleva un gran esfuerzo. Montajes como el motor, (que además de entereza visual, confronta y reflexiona sorpresivamente sobre los mismos problemas de ayer que lucen tan similares a los de hoy justamente porque son los mismos) están en peligro de ser desplazados por la fama y la inmediatez. Gracias por hacer una apuesta en crear alas conociendo el riesgo de la caída.