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Recomendaciones: "10 minutos" Ganadora del premio Apacuana

  (La siguiente entrada NO tiene como intención motivarte a ir al teatro) La obra ganadora del Premio Apacuana de Dramaturgia 2019, presen...

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lunes, 23 de noviembre de 2020

Recomendaciones: "10 minutos" Ganadora del premio Apacuana

 

(La siguiente entrada NO tiene como intención motivarte a ir al teatro)

La obra ganadora del Premio Apacuana de Dramaturgia 2019, presentada en ningún lugar, en ningún momento y por nadie, hasta los momentos, es un texto sumamente interesante por varias razones que serán discutidas en esta entrada. Cuenta con una puesta en escena bien ajustada a las exigencias que plantean las letras y unas interpretaciones equilibradas por el elenco que muestran su temple en la mayor parte de la representación con algunas excepciones positivas o por mejorar. Ya hablaremos de ello.

Probablemente es el texto como obra artística lo que más valor tiene a los ojos de este servidor. Esto se debe a dos razones principales:

 La primera de ellas es la visión global que tiene Rafael García Hernández con un escrito que pretende comunicar, no solo al distanciado público venezolano, también a una sección muy amplia de nuestra sociedad en general; este texto teatral puede ser llevado a escena en cualquier parte del mundo y el lenguaje se mantiene versátil para cualquier director que desee transmitir el mensaje. Aspecto sumamente importante, no solo porque esta clase de teatro enriquece la cultura en general, sino porque promueve nuestra propia cultura a otros países como un activo valioso para aquellos que deseen compartir una interesante percepción de la vida y la muerte. La obra presenta un interesante contraste entre los dos clientes que vemos en esta ocasión. Existe una irónica diferencia circunstancial entre dos personas que aparentemente comparten la misma circunstancia. Paréntesis para ese pequeño guiño con el sacerdote. Me ha parecido de lo más acertado en cuanto a la estructura dramática. Grandioso.

 La segunda razón es la intención del dramaturgo por presentar un lugar nuevo que funcione como túnel para comunicar la idea que se pretende exponer. Tomando elementos variados, García nos plantea esta nueva empresa dedicada a darles muerte a todas las personas que ya no soporten vivir y que por supuesto, tengan el dinero para pagar la cuota que la empresa exige, además de cumplir con algunas exigencias.  Mostrar esta idea al público, lograr que la digiera y luego comunicar todas las intenciones a través de ella es la parte más difícil de todas y en este caso, la responsabilidad pasa a ser de los otros miembros del equipo.

Tomando en cuenta lo mencionado anteriormente, los principales responsables de que esto llegue con total claridad al espectador son los actores. Ahora nos topamos con algunas complicaciones. Esta pieza la miré dos veces antes de escribir esta entrada con la intención de estar seguro de varios aspectos que, con una sola presentación, me quedaron difusos. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya comprendido por completo lo que se planteaba la primera vez que la presencié, solo que este suele ser el dilema cuando la pieza presenta nuevos conceptos. Si todos los miembros del equipo no priorizan enfatizar sobre los nuevos conceptos el público puede perderse. Es en este punto donde agradezco profundamente la participación de los veteranos.

El maestro Ludwig Pineda ha estado sensacional, enérgico, enfocado y sobretodo comprometido con todo su cuerpo. Me llevo de su interpretación grandes momentos de espontaneidad y una clase de profesionalismo, ya que, el nivel no desciende entre funciones.

La primera actriz María Brito ha estado bien plantada en la primera función y ha superado su propio trabajo en la segunda. Desgarrada. Además el texto de su personaje me parece de los más puntuales y valiosos de toda la pieza.

Por otra parte está el primer actor Trino Rojas que interpreta a los personajes más graciosos de la pieza, que al mismo tiempo, me han parecido los más simbólicos; especialmente el padre me ha llegado mucho y he disfrutado bastante verlo sentir en las dos ocasiones. Tengamos claro que esta es una opinión muy personal.

León, en el rol de la prostituta, me da esperanzas de vivir y además, esperanzas de que el teatro venezolano estará en buenas manos y pies. El texto de este personaje es también bastante nutritivo y simbólico, guiño para García nuevamente.

Por último me ha dado la sensación de que Churion es quien, a mi parecer, se sentía menos cómodo en el escenario, pensé por momentos que se explicaba con la participación de un día pero la realidad es otra. Ha de tratarse de un momento importante de crecimiento en su proceso que me hace desear verlo en otra ocasión, con otro equipo, con otro texto y degustar con mayor amplitud su talento.

La puesta es compleja, Luis Vicente ha hecho un buen trabajo en comprenderla. Salvo algunos detalles del inicio que atentan contra esta intención de presentar al público nuevos conceptos, el manejo de la escena esta adecuado por completo.

Por ultimo he quedado extasiado con la música. Que hermosa. Además de  funcionar para generar y compactar la estética de toda la obra, crea un toque de misterio y confusión con la acción. Gracias por eso.

Por supuesto, lo anteriormente expresado carece de relevancia cuando miramos con orgullo una pieza de teatro venezolano, representada por venezolanos y aplaudida por estos. Eso es lo más importante, a excepción de las personas importantes. “No hay nada más importante que las personas importantes”.